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Alquiler vacacional ¿ sí o no?

Alquiler vacacional ¿ sí o no?

2018-03-16

Este es, sin duda, uno de los asuntos más -candentes- en la industria turística actual. Hay opiniones para todos los gustos y los interesados argumentan sus razones con convencimiento.

Veamos algunos de los argumentos para defender el SI y el NO:

Permitiendo este tipo de turismo de forma legal:

Se aseguraría un estándar en las instalaciones y servicios. Algunas comunidades, proponen la creación de un -Certificado de idoneidad- (sanitaria, de seguridad y emergencias) de la vivienda de uso turístico.

De manera que las viviendas que no cumplan los requisitos, no puedan operar y afectar negativamente a la imagen del destino.

Se establecería la obligación de un seguro de responsabilidad civil por parte de los arrendadores, así como la tenencia de hojas de reclamación. Con esto se consigue la protección del usuario y la obligación del propietario a mantener los estándares anteriormente mencionados.

Se tendría información real del volumen de viajeros y sus identidades.

Gracias a la obligatoriedad de los propietarios a remitir dicha información a la Dirección General de Policía. Lo que supone estadísticas más fiables y un incremento de la seguridad.

Se estimula la competencia y se amplía la oferta alojativa. De esta manera, se aseguran las condiciones y requisitos mínimos en otro tipo de alojamientos que no renuevan o cuidan las instalaciones / servicios. Y se cubre la demanda de este tipo de alquiler.

Se respeta la libertad de uso de la propiedad.
Los propietarios deberían ser libres de usar su propiedad como mejor estimen.

Prohibiendo este tipo de turismo:

Se garantiza el derecho a la vivienda en zonas turísticas. Ya existe oferta suficiente para atender las necesidades de los visitantes, y se facilita la vivienda habitual a locales y trabajadores de la zona.

Deja de -castigarse- tributariamente al empresario frente a los particulares.
(Impuestos, contribuciones)

Se protegen los modelos de alojamiento existentes y la sociedad en la que conviven.
Ya hablamos de términos como -gentrificación- (pérdida de las características tradicionales de un barrio / área, localidad determinada, debido al auge del alojamiento vacacional, que altera la composición social -natural- de la zona y aleja a las clases populares, sus establecimientos tradicionales y encarece precios y rentas.

Se protege igualmente a los operadores y mediadores turísticos. Se acabaría con el intrusismo profesional en el que incurren los particulares que gestionan y promocionan sin formación.

Se controlan la saturación del espacio público y las conductas incúvicas.
Con lo que los locales no se ven afectados y se reduce el gasto público en servicios de limpieza y seguridad.

Ya hay proveedores que a espera de una solución, han encontrado la manera de convertirlo en un -mal menor- y ofrecen servicios complementarios a clientes de viviendas vacacionales, en colaboración con hoteles de la zona. No ganan lo mismo, pero dejan de perder al menos esa parte (pensiones, atenciones, servicios complementarios)

El debate sigue abierto, la pregunta se repite en bucle y no parece existir una rápida salida. Lo ínico claro, es que el modelo funciona y hay personas que lo demandan.
Esperemos que quienes tienen la labor de su gestión, hagan buen balance y no tengamos que lamentar fatales repercusiones. Mientras, todos pendientes del futuro Decreto de regulación de la Vivienda Vacacional.

Y tú, ¿lo tienes claro?





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